sábado, 22 de noviembre de 2014

Newcastle Falcons

Cada semana los empleados de la empresa (en plantilla y subcontratados) recibimos correos electrónicos para participar en sorteos de entradas para eventos deportivos en Newcastle: fútbol, rugby y baloncesto.

Para participar en el sorteo basta con responder al mail diciendo que estás interesado. Normalmente es complicado que te toquen para ir a un partido de fútbol porque es lo más demandado, pero en el caso del rugby (y sobre todo el baloncesto) es bastante fácil.

Entrada para el partido de rugby Newcastle Falcons contra el Gloucester Rugby.


Como mis compañeros españoles y yo no habíamos ido nunca a un partido de rugby solicitamos las entradas para el Newcastle Falcons contra el Gloucester y... claro, nos tocaron. Además, la empresa ponía un autobús para el desplazamiento de la oficina al estadio y viceversa, y un vale para una hamburguesa/perrito, patatas fritas y un refresco. 

Vale para comida y refresco.

Como al final éramos pocos los que fuimos a ver el partido, nos dieron unos tres vales por cabeza y, dado que lo gratis cala muy hondo en la idiosincrasia española, pues los pedimos todos. Bueno, en realidad era demasiada comida y regalamos algunos vales a la gente haciendo cola para pedir.

Comida y bebida para cada uno de los empleados que fuimos a ver el partido.

El interior del estadio Kingston Park es similar al de un campo de fútbol, algo más austero quizás, aunque aquí sí se puede sacar la bebida a la grada (eso sí, en vaso de plástico).

Dibujos e imágenes en relieve en el interior del estadio de los Newcastle Falcons.

El partido no estuvo mal (ganaron los Falcons 20-10), aunque con el frío que hacía se nos hizo un poco largo. 

Breve momento de tranquilidad durante el partido.

Lo más llamativo en el rugby son las melés y cuando hacen saques de banda:



Pero lo que más hacía vibrar al público era cuando la estrella del equipo local cogía el balón y corría para conseguir un ensayo. El tipo en cuestión es Alesana Tuilagi, un samoano con rastas de 1,85m y 124 kg de peso. Una de las pocas veces que pudo salir corriendo con el balón (porque era un poco torpe al tratar de cogerlo cuando se lo pasaban) pudimos ver cómo uno de los defensores del Gloucester que se tiró hacia él con los brazos abiertos para pararlo, literalmente "rebotó" al contactar con el tío en carrera sin que éste se inmutara.

Llama la atención que, a pesar de ser un deporte de contacto (fuerte) constante, no suele haber ninguna trifulca y los jugadores de los dos equipos terminan saludándose amistosamente al final del encuentro. Es el conocido como el tercer tiempo, y es que como se suele decir:
"Football is a gentleman's game played by thugs and rugby is a game for thugs played by gentlemen".
("El fútbol es un juego de caballeros jugado por gamberros y el rugby es un juego de gamberros jugado por caballeros").

jueves, 20 de noviembre de 2014

Mis jefes (I): el senior manager

No conozco bien el organigrama completo de ninguna empresa en la que he trabajado, pero siempre he tenido muchos "jefes": arquitectos software (software architects), jefes de equipo (team leads), gerentes (managers), socios... Me refiero a ellos en plural porque suelen ser muchos, aunque (ciertamente) no sean necesarios.

Por otra parte, he notado una gran diferencia en la actitud y las formas entre los jefes de la misma empresa consultora en Newcastle y los que tenía en España. Como suelo decir cuando comparo un país con el otro, "Inglaterra no es mejor ni peor: es diferente".

Jefe en España
Te deja claro que es tu jefe desde que entras por la puerta de la oficina. ¿Por su liderazgo, decisiones estratégicas y conocimiento del proyecto? No. Por su actitud altiva. Es cierto que hay de todo en la viña del Señor, pero centrándonos en el último proyecto en el que he trabajado, mi jefe transmitía distanciamiento, prepotencia y cierto aire de superioridad.

Se sabía los detalles del contrato con el cliente al dedillo, en qué invertía cada trabajador sus horas y cuál era la frontera entre el trabajo que estaba "en nuestro tejado" y el que le tocaba hacer a otros. Resumiendo: controlaba el Excel a nivel Pro. Ahora bien, de temas técnicos no le hables que "yo no soy de Java". Más bien no sabía ni Java, ni bases de datos, ni sistemas, ni scripting, ni diseño, ni arquitectura, ni estilos, ni accesibilidad web... Además, imperaba la idea de que cuantas más horas estabas en la oficina, mejor trabajo hacías. Eso sí, su hora de llegada era flexible y cuando había que hacer horas extra en fin de semana ahí no le veías el pelo.

A medida que van ascendiendo, se van desvinculando de forma sorprendente de todo lo que tiene que ver con el software, es decir, de lo que les da de comer. 

Jefe en Inglaterra
Son jodidas máquinas de trabajar (quizás se me esté pegando demasiado lo del "fucking"): llegan a las 8 a.m., no se les ve ir al baño, no se toman ni un café, comen en media hora escasa y se van después que tú.

Igual estoy siendo muy injusto porque estoy usando en la comparativa a mi gerente, conocido como el "make-it-happen machine", senior manager de la empresa más joven de Europa, capaz de discutirte aspectos técnicos y que gestiona en total a más de 300 personas distribuídas en al menos cuatro países. Corren muchos rumores sobre él: que presentó el proyecto ante el cliente cuando la empresa competía por el concurso durante 7 horas dando todo tipo de detalles funcionales y técnicos (principal motivo por el que se ganó un proyecto de más de 40 millones de libras), que no tiene ni cuarenta años, que quiere retirarse a los 45, que tiene dos casas en Newcastle (una de ellas valorada en más de medio millón de libras), que conduce un Porsche... Pues bien, según mis fuentes contrastadas, todo es cierto. El Porsche es un Cayman, para más señas.

Y a pesar de todo, es un tío majo: acude a los eventos del proyecto como uno más, juega al fútbol y al cricket con los empleados, se va de cervezas y se emborracha si se tercia (de forma comedida, eso sí) y ¡hasta entiende el castellano! Si es que es para quererlo.

Hay una anécdota que suelo contar y es que un sábado tuvimos que ir a la oficina a trabajar y él, por supuesto, también vino. Pues bien, se acercó a mi sitio y me dijo: "Buenos días, Esteban, ¿te apetece un café?". Yo pensé que se refería a un café soluble de esos puercos que hay en la cocina de la oficina, así que sin saber muy bien porqué le solté: "Un cappuccino, por favor", en plan coña. Mi jefe asintió, "OK", y veo que sale de la oficina. Minutos más tarde vuelve a mi sitio con un cappuccino del Starbucks y me dice: "te he traído también un muffin por si querías comer algo". ¡El tío fue en su Porsche a un Starbucks porque un pringao como yo le pidió un cappuccino! Sé que no es para tanto, pero teniendo en cuenta que un senior manager en España (sobre todo en Madrid) apenas te mira a la cara y ni dice buenos días, pues me impactó.

Cappuccino y muffin cortesía de mi jefe.


Otro "detallito" de mi jefe: cuando se acercaba el final de mi contrato me dijo que me quería renovar y, además, con subida de sueldo. Yo en aquel momento me planteaba estar trabajando en Inglaterra por si conseguía teletrabajo pero, de no encontrarlo, me volvería a casa; así que le dije que me lo tenía que pensar y que prefería tratar el tema el lunes siguiente en persona. El lunes le conté lo del trabajo en remoto, que paradójicamente era más fácil encotrar algo así emigrando a Inglaterra que quedándome en España y que entendía que era complicado. A lo que él me dijo que lo comprendía y que le parecía bien siempre que fuera parcial (unas semanas en España y otras en Inglaterra); llegamos al acuerdo de trabajar de cada tres semanas una semana en remoto y dos en Newcastle. Yo estaba súper contento, le agradecí de corazón que fuera tan comprensivo y flexible conmigo, pero él fue más allá y me dijo: "pero aún así, te vamos a subir el sueldo". En serio, ¡¿es para quererlo o no?!

Así que concluyendo, en lo que a jefes se refiere, he salido ganando con el cambio (de largo). Pero ya digo que también he tenido muy buenos jefes en España y que no todo el monte es orégano en Inglaterra.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Excursiones y viajes (V): Newcastle (Tynemouth)

Una de las excursiones que más me gusta hacer es ir a la desembocadura del río Tyne (Tynemouth):



En la zona residencial que hay antes de la playa suele haber bastante ambiente por los pubs y restaurantes, pero también hay mucha gente paseando, ciclistas y niños jugando. También hay algunas tiendecitas, donde llama la atención la iglesia reconvertida en mini centro comercial.

Exterior e interior de iglesia reconvertida en Tynemouth.

El paseo marítimo es largo y es perfecto para ir en bici, aunque ir caminando también es muy entretenido porque se puede bajar a la arena y correr para evitar las olas en algunas partes donde el mar llega hasta el mismo muro.

Camino por la playa cuando baja y sube la marea, respectivamente. Al fondo, el faro de Whitley Bay.

Obviamente, dado que se trata del Mar del Norte y suele hacer mucho viento, se recomienda ir abrigado.

Con estas temperaturas entran unas ganas tremendas de bañarse...

Aunque ya se sabe que los norteños son gente recia y puedes llegar a ver hasta niños en el agua:

Noviembre de 2014 y sí: hay niños bañándose en la playa mientras yo hago la foto con abrigo y bufanda.


En lo más alto de la última colina de Tynemouth hay un monasterio en ruinas con un cementerio que se puede visitar. Las vistas deben ser muy bonitas, pero como también lo son desde cualquier sitio de la zona nunca he llegado a entrar.

Monasterio y cementerio en Tynemouth.


También hay un faro al final de un espolón de piedra desde donde se puede observar cómo el río confluye con el mar:

Distintas fotografías tomadas en la zona de Tynemouth.


Algo muy típico en Reino Unido son los bancos con dedicatorias a seres queridos fallecidos. Por lo que he visto en parques, centro de ciudades y sitios como éste junto al mar, los anglosajones quizás ven como algo más natural que nosotros el tema de la muerte. Personalmente, me parece que es un acierto, porque al tiempo que se muestra respeto no deja de ser un elemento más de la ciudad, de la vida. Los bancos en concreto suelen decorarse con flores y normalmente se encuentran en ubicaciones desde las que hay muy buenas vistas. 



Además, en la parada de metro de Tynemouth se organiza un mercadillo cada domingo en el que sobre todo hay artículos de segunda mano, música y algunos puestos de comida.

Mercado de Tynemouth.




Excursiones y viajes (IV): Durham

Durham es una pequeña y bonita localidad a unos diez minutos en tren desde la estación central de Newcastle.



Como está muy cerca, he ido ya varias veces para pasar una tarde cuando viene alguna visita, por ejemplo.

Catedral de Durham.

La parte más turística se puede visitar en un par de horas, pero lo suyo es pasear tranquilamente, visitar el interior de la catedral, que es bastante imponente, entrar en el mercado, tomarse un café y/o una pinta...

Al lado de la catedral hay una biblioteca (creo que de libre acceso) y es que Durham es una ciudad universitaria y se nota porque hay mucha vida. Justo enfrente de la catedral se encuentra el castillo, que es ahora una residencia universitaria.

Castillo de Durham, actualmente residencia universitaria.

Para poder acceder al castillo hay que reservar con algo de antelación en la agencia de turismo situada en la cuesta que lleva a la catedral y al castillo. La entrada no es muy cara y se organizan grupos reducidos con guía. Sin entrada sólo se puede ver la parte exterior de la foto anterior.

En la plaza del mercado suele congregarse la gente. Suele haber puestos o bien alguna actividad, como el mini compendio de artistas callejeros procedentes del festival Fringe:

Actuación de artistas callejeros en la plaza del mercado de Durham.

El condado de Tyne and Wear comprende las ciudades de Newcastle y Durham, y viene delimitado por los estuarios de estos ríos. Uno de los puentes de Durham sobre el río Wear que conduce al centro tiene unas vistas muy bonitas de la catedral y, en general, suele haber bastantes restaurantes, cafeterías y demás alrededor de todos los puentes.

Puente sobre el río Wear.

En noviembre se celebra el Festival de la Luz (Lumiere Durham Light Festival) que merece la pena visitar. Cuando tenga la oportunidad de ir colgaré una entrada sobre este festival.