jueves, 24 de septiembre de 2015

El inglés en Inglaterra

Si hay algo de lo que te das cuenta rápido cuando viajas a Inglaterra es de que el inglés que se habla no tiene nada que ver con el que te han enseñado en el colegio o en la escuela de idiomas. A ver, no es que te engañaran (mucho), pero lo que se suele enseñar es mucha gramática, vocabulario más bien clásico tirando a rancio y se potencia poco la conversación que, bajo mi punto de vista, es la clave para aprender un idioma.

Cuando vine a Newcastle ya tenía nivel de inglés alto: había estudiado hasta cuarto en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI), leía libros y escuchaba música en inglés e incluso en el trabajo era el idioma que había que emplear en correos y presentaciones. También había viajado varias veces a Londres y ya sospechaba que algo me iba a costar, aunque al menos tenía una buena base.

Además, el ciudadano inglés está acostumbrado a que sean los demás los que se tienen que esforzar en entenderle, porque para eso el inglés es el idioma internacional. La (inmensa) mayoría no habla un segundo idioma (¿para qué?) por lo que son unos pésimos "embajadores" de su lengua: no hacen por hablar más despacio ni más alto con los extranjeros, si les dices que no les entiendes te lo repiten todo exactamente igual que la primera vez... incluso a veces percibes un cierto enfado cuando no les entiendes.

Esto lo refleja a la perfección el monólogo del humorista Leo Harlem (a partir del 7m 36s):



Si a esto le sumas el acento/dialecto geordie que se habla por el noreste de Inglaterra el resultado es una depresión lingüística.

En una ocasión, un taxista camino del aeropuerto de Newcastle estuvo hablando un rato conmigo y cuando llegamos y le pagué, me dijo "have a good flight!". Simple. Pues tuve que decirle que me lo repitiera de nuevo porque entre que eran las seis de la mañana, que el tío hablaba con un acento fuerte norteño con un ligero frenillo y que no me estaba hablando cara a cara* no le entendí nada. Cuando me lo repitió ya lo entendí, me dio hasta vergüenza no haberle entendido a la primera; ¿qué me iba a decir al despedirse en la terminal de salidas del aeropuerto? Pero luego añadió algo antes de irme que espero que se cumpla: "If you can understand geordie then you will understand any other English" (si puedes entender el geordie entonces entenderás cualquier otro inglés). Igual la frase que me dijo no era del todo así, pero más o menos vino a decir eso.

(*Tengo comprobado que resulta mucho más fácil entender a alguien que te habla cuando puedes verle la cara y los gestos. De hecho, ése es el motivo por el que tengo cierta sordera cuando me quito las gafas y salgo por ahí de noche, aunque el alcohol igual también pone de su parte en eso.)

A mi compañero de trabajo le pasó algo parecido en la cantina donde (por desgracia para nuestro paladar) solemos ir a almorzar. Tras decirle a la empleada qué plato quería, ésta le preguntó algo trivial sobre el acompañamiento, la salsa... y él le supo responder. Entonces mi compañero se vino arriba y le dijo (traducción del inglés): "cuando llegué a Newcastle hace exactamente dos años me resultaba imposible hablar inglés y ahora estoy muy contento porque puedo comunicarme sin problema". A lo que la señora le respondió: "Ah, sí, mi marido también engordó cuando nos casamos".

En fin, no hay que desesperar con el inglés. Para terminar he recopilado algunas de las palabras y expresiones más frecuentes de las que escucho por aquí y las he comparado con lo que se suele enseñar en las clases de inglés en España:

Castellano Inglés académico Inglés de la calle
Yes Yeah/Aye
Gracias Thank you Cheers/Ta
¡Adiós! Good bye! See you later!/Ta-da!
Hola, ¿qué tal? Hello, how are you? Hi, you're right?
Disculpa, ¿puedes repetir, por favor? Excuse me, could you repeat, please? Sorry, say again?
¿Quieres que te lleve? Would you like me to take you? D'you want a lift?
Libra esterlina Pound Quid
¿Estás conforme? Do you agree? Are you happy with this?
Supongo que I suppose that I pressume that
Creo que I think that I reckon that
Fue una pasada It was great It was mental



domingo, 13 de septiembre de 2015

Great North Run (editado por el migrant Paco)

¡Qué decir de la GNR! Es quizás el evento deportivo más importante del Noreste the Inglaterra. Todo un lujo en el que participan campeones mundiales y continentales en diferentes categorías del medio fondo / fondo (5.000, 10.000, marathon, ...). Una de las figuras que nunca se pierde esta carrera es el somalí nacionalizado británico Mohammed Farah, orgullo nacional.

Hay muchas cosas que impresionan de este día: las historias de superación de la gente, el impulso que supone a causas nobles como la lucha contra el cáncer, exclusión social, enfermedades sin cura o simplemente el homenaje a seres queridos, la muchedumbre de más de 50.000 personas reunidas en una de las arterias que cruzan el corazón del toon, los famosos Red Arrows sobrevolando el Tyne Bridge con sus estelas de humo de los colores de la Union Jack, el reto de una media maratón para los que no tenemos condición atlética... la lista no tiene fin...

Personalmente, 2012 fue mi primer año y en el que hice la carrera en mis mejores condiciones físicas (por lo tanto hice mi mejor marca en 2h25') ...claro que pesaba unos 25 kilos menos que ahora y había tenido mucho tiempo de entrenar. Curiosamente fue de los peores años en lo meteorológico. Una temperatura fresca (fresh) como dirían aquí de unos 11/12 Celsius o un frío de coj.... para alguien del Sur de Europa. Por supuesto, la lluvia nos acompañó durante todo el camino, pero no hay dolor en un día así.

En 2013, las horas de entrenamiento cayeron en picado y por lo tanto el rendimiento en carrera también. Creo que este fue el año de uno de mis momentos más humillantes cuando un tipo con un disfraz de dinosaurio de 2.5 metros de alto y que casi no podía separar los pies para correr me adelantó a mitad de recorrido. Ha habido otros momentos similares, como ver que vas más lento que octogenarios y octogenarias obesos/as. Mi único consuelo en esos momentos es pensar que han tenido mucho más tiempo que yo para entrenar. No llovió durante la carrera, pero a la llegada a South Shields un aguacero nos caló de pies a cabeza.

En 2014 corrí con resaca, con lo cual bastante hice con acabar. Ese año el tiempo acompañó, con una temperatura más amable aunque poco importa cuando desde el metro uno estás deseando que acabe la pesadilla.

En 2015 y especialmente en 2016 hice un par de carreras decentes recuperando la buena forma y las sensaciones. Hay que tener en cuenta que normalmente sólo he conseguido completar un par de entrenamientos de más de 15 km. antes de la carrera, con lo cual esos últimos 6 kilómetros se hacen eternos. El hecho de correr rodeado de gente y en un ambiente festivo lo hace más llevadero. Eso no quita que psicológicamente, para mí al menos, los km. entre el 7 y el 10 en primer lugar, y el 18 y el 20 se hagan durísimos. Las causas: el cansancio acumulado y la distancia a meta en el primer caso y llevar al límite tu cuerpo (calambres incluidos) junto con el hecho de no tener asegurado el poder llegar a meta en el segundo.

En 2017, vuelta a la miseria física, pero un año muy especial porque a mi habitual compañero de andazas y culpable de que haga esta locura todos los años, Stephen, se unió mi actual pareja, Mariluz, quien repitió también en 2018 haciéndolo increiblemente bien, demostrando una dureza mental y física encomiables. 

Por supuesto también destacar la participación de María Figueira estos dos años contribuyendo a la causa de Action Language para ayudar a personas en situaciones de exclusión y solicitantes de asilo político en esta zona. Sin tener que matarse a entrenar ha conseguido completarlas con soltura, algo que no me extraña dado el tipín y la genética de atleta que tiene.

Para finalizar, decir que para mí supone esa motivación para mantenerme sano y en forma y que todavía me emociono como la primera vez que la hice, ya sea escuchando el 'Going home' de Mark Knoffler en la línea de salida, viendo en las pantallas gigantes la imagen de Mo Farah saludando antes de tomar la salida en la misma carrera que tu participas (partimos en desventaja porque, debido al gentío presente, solemos cruzar la línea de salida unos 25 minutos después de que Mo ya haya salido y en ese tiempo él suele completar la mitad de la prueba) o simplemente disfrutando de la compañía de Mariluz, Stephen, María... y el ánimo de resto de migrants ya sea viendo la salida en TV, enviando mensajes a través de grupos de Whatsapp/RR.SS. o acompañándonos en la salida/encontrándonos/ofreciendo ayuda logística en la llegada como Gonzalo Varela o Ale Diaz (Aple) quién sufrió de lo lindo en 2015 para llegar a South Shields debido al colapso del metro y de nuestro amigo Damián Álvarez que le acompañaba y del que afortunadamente se recuperó rápidamente ...las altas temperaturas nos pasaron factura a todos.

Mención aparte merecen los transportes en ese día. Ni que decir tiene que colapsan al no poder absorver tal demanda. Hay que tener en cuenta que South Shields cuenta con una población de unos 75.000 habitantes según Wikipedia que casi se triplica en un día teniendo en cuenta no sólo a los corredores pero también a familiares, amigos y miembros de la organización.

Por todo ello, quizás la mejor decisión que tomamos el año pasado fue dejar el coche en South Shields la noche anterior, volver con Gonzalo a Newcastle y tomar la ruta del Tyne Tunnel después de la carrera para evitar la cola de 2h para tomar el Ferry a North Shields y andar 20' hacia Tyne & Wear Metro para finalmente llegar a Newcastle.

Total, que podría extenderme y escribir una trilogía o incluso una saga como está tan de moda últimamente en el cine pero no quiero aburrir más al personal con batallitas. ¡Espero que os haya gustado!