sábado, 14 de noviembre de 2015

Durham Lumiere 2015

El Festival de la Luz de Durham (Lumiere Durham) consiste básicamente en proyectar imágenes sobre los monumentos más representativos de la ciudad.



Las principales calles de la ciudad se adornan y se corta el tráfico para que transiten los peatones (vienen bastantes turistas).

Vehículo iluminado por la energía generada por la bicicleta estática.


Este año ha llovido sin parar pero, a pesar de la incomodidad de tener que llevar un paraguas, no ha supuesto ningún problema para disfrutar del festival.

Proyección sobre la catedral de Durham.


En la zona de la catedral es donde se proyecta la performance más larga y llamativa acompañada de música. Mi opinión es que hay que ver con los propios ojos las actuaciones, espectáculos, competiciones deportivas, etc si se está allí, en vivo y directo; así que pasé de grabar un vídeo porque seguro que habría alguno que lo grabaría y lo colgaría en internet:



El vídeo de arriba lo grabó un colega con el que fui al festival que estaba justo a mi izquierda :)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Cine (II): Spectre (James Bond)

No tenía ni idea de lo mucho que gusta James Bond a los ingleses. Antes del estreno de la última película (Spectre) hubo mucho bombo en la prensa, la radio, la tele y en la calle en general.

La verdad es que es normal, ya que 007 representa (o al menos eso les gusta pensar) la máxima excelencia de lo inglés: un hombre atractivo, refinado, con mucha clase, que viste de forma impecable, no hay mujer que se le resista y encima conduciendo un Aston Martin lleno de gadgets. En España tenemos a Torrente...

Un compañero de trabajo me contó que en su época todos los niños jugaban a los espías, escondiendo cosas y tratando de encontrarlas, haciendo de dobles agentes...

Este año mi empresa ha vuelto a organizar un evento con motivo del estreno de la película en el mismo cine en el que el año pasado fuimos a ver la tercera parte de "El Hobbit". En esta ocasión se indicó que como dress code los hombres podíamos vestir "al estilo de James Bond" (o sea, trajeados con zapatos brillantes y peinado engominado) y las mujeres a lo chica Bond.

Entrada para ver "Spectre" en el Tyneside Cinema.


Yo no tuve tiempo (ni ganas) de vestir de traje, así que fui tal cual salí de la oficina con chaqueta y chinos, pero a muchos sí que se les subió la idea un poco a la cabeza e iban como para una boda. Otros (muchos) se quedaron en un "quiero y no puedo", pero bueno, tuvo su gracia.

Tyneside cinema reservado para la proyección de "Spectre"
a trabajadores de la empresa y sus acompañantes.


Hubo algunas chorraditas más, como la alfombra roja a la entrada, fotógrafos, photocall, una copita de prosecco y unas palomitas. Todo a cuenta de la empresa, como no podía ser menos.

Copita de prosecco antes de entrar en la sala a ver la película.

La película es fiel a su estilo: mucha acción, persecuciones, fantasmadas varias y una fotografía muy cuidada (una parte está rodada en Roma, ciudad muy especial y querida), así que estuvo entretenida, aunque un poco larga.

Por cierto, que a mis 34 años me he enterado de cómo se dice 007 en inglés: double-o seven. 

martes, 27 de octubre de 2015

Orgullo, vergüenza y otras reflexiones sobre España

Me siento orgulloso de España porque...
No tengo miedo a salir a la calle.
Hay buena gente y sabe disfrutar de la vida.
La gastronomía es rica, variada, sana y a buen precio.
Prospera a pesar de las dificultades.
Tiene talento.
Compite en cualquier área y sale bien parada.
Tiene una gran historia.
Culturalmente es un referente a nivel mundial.
Su paisaje es precioso.


Me da vergüenza de España por...
Los corruptos y sinvergüenzas.
La filosofía del mínimo esfuerzo.
La televisión.
La incultura.
La precariedad laboral.
Su complejo de inferioridad.
Los nacionalismos.


Cuando estoy fuera de España echo de menos...
Mi familia.
Mis amigos.
El buen tiempo.
La comida.
Las horas de sol.
La vida en la calle.
Los precios.
El buen café.
Una copa en condiciones.


Cuando estoy en España echo en falta...
Las aventuras.
Las oportunidades laborales.
La música de los locales.
El silencio.
Los buenos modales.



jueves, 24 de septiembre de 2015

El inglés en Inglaterra

Si hay algo de lo que te das cuenta rápido cuando viajas a Inglaterra es de que el inglés que se habla no tiene nada que ver con el que te han enseñado en el colegio o en la escuela de idiomas. A ver, no es que te engañaran (mucho), pero lo que se suele enseñar es mucha gramática, vocabulario más bien clásico tirando a rancio y se potencia poco la conversación que, bajo mi punto de vista, es la clave para aprender un idioma.

Cuando vine a Newcastle ya tenía nivel de inglés alto: había estudiado hasta cuarto en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI), leía libros y escuchaba música en inglés e incluso en el trabajo era el idioma que había que emplear en correos y presentaciones. También había viajado varias veces a Londres y ya sospechaba que algo me iba a costar, aunque al menos tenía una buena base.

Además, el ciudadano inglés está acostumbrado a que sean los demás los que se tienen que esforzar en entenderle, porque para eso el inglés es el idioma internacional. La (inmensa) mayoría no habla un segundo idioma (¿para qué?) por lo que son unos pésimos "embajadores" de su lengua: no hacen por hablar más despacio ni más alto con los extranjeros, si les dices que no les entiendes te lo repiten todo exactamente igual que la primera vez... incluso a veces percibes un cierto enfado cuando no les entiendes.

Esto lo refleja a la perfección el monólogo del humorista Leo Harlem (a partir del 7m 36s):



Si a esto le sumas el acento/dialecto geordie que se habla por el noreste de Inglaterra el resultado es una depresión lingüística.

En una ocasión, un taxista camino del aeropuerto de Newcastle estuvo hablando un rato conmigo y cuando llegamos y le pagué, me dijo "have a good flight!". Simple. Pues tuve que decirle que me lo repitiera de nuevo porque entre que eran las seis de la mañana, que el tío hablaba con un acento fuerte norteño con un ligero frenillo y que no me estaba hablando cara a cara* no le entendí nada. Cuando me lo repitió ya lo entendí, me dio hasta vergüenza no haberle entendido a la primera; ¿qué me iba a decir al despedirse en la terminal de salidas del aeropuerto? Pero luego añadió algo antes de irme que espero que se cumpla: "If you can understand geordie then you will understand any other English" (si puedes entender el geordie entonces entenderás cualquier otro inglés). Igual la frase que me dijo no era del todo así, pero más o menos vino a decir eso.

(*Tengo comprobado que resulta mucho más fácil entender a alguien que te habla cuando puedes verle la cara y los gestos. De hecho, ése es el motivo por el que tengo cierta sordera cuando me quito las gafas y salgo por ahí de noche, aunque el alcohol igual también pone de su parte en eso.)

A mi compañero de trabajo le pasó algo parecido en la cantina donde (por desgracia para nuestro paladar) solemos ir a almorzar. Tras decirle a la empleada qué plato quería, ésta le preguntó algo trivial sobre el acompañamiento, la salsa... y él le supo responder. Entonces mi compañero se vino arriba y le dijo (traducción del inglés): "cuando llegué a Newcastle hace exactamente dos años me resultaba imposible hablar inglés y ahora estoy muy contento porque puedo comunicarme sin problema". A lo que la señora le respondió: "Ah, sí, mi marido también engordó cuando nos casamos".

En fin, no hay que desesperar con el inglés. Para terminar he recopilado algunas de las palabras y expresiones más frecuentes de las que escucho por aquí y las he comparado con lo que se suele enseñar en las clases de inglés en España:

Castellano Inglés académico Inglés de la calle
Yes Yeah/Aye
Gracias Thank you Cheers/Ta
¡Adiós! Good bye! See you later!/Ta-da!
Hola, ¿qué tal? Hello, how are you? Hi, you're right?
Disculpa, ¿puedes repetir, por favor? Excuse me, could you repeat, please? Sorry, say again?
¿Quieres que te lleve? Would you like me to take you? D'you want a lift?
Libra esterlina Pound Quid
¿Estás conforme? Do you agree? Are you happy with this?
Supongo que I suppose that I pressume that
Creo que I think that I reckon that
Fue una pasada It was great It was mental



domingo, 13 de septiembre de 2015

Great North Run (editado por el migrant Paco)

¡Qué decir de la GNR! Es quizás el evento deportivo más importante del Noreste the Inglaterra. Todo un lujo en el que participan campeones mundiales y continentales en diferentes categorías del medio fondo / fondo (5.000, 10.000, marathon, ...). Una de las figuras que nunca se pierde esta carrera es el somalí nacionalizado británico Mohammed Farah, orgullo nacional.

Hay muchas cosas que impresionan de este día: las historias de superación de la gente, el impulso que supone a causas nobles como la lucha contra el cáncer, exclusión social, enfermedades sin cura o simplemente el homenaje a seres queridos, la muchedumbre de más de 50.000 personas reunidas en una de las arterias que cruzan el corazón del toon, los famosos Red Arrows sobrevolando el Tyne Bridge con sus estelas de humo de los colores de la Union Jack, el reto de una media maratón para los que no tenemos condición atlética... la lista no tiene fin...

Personalmente, 2012 fue mi primer año y en el que hice la carrera en mis mejores condiciones físicas (por lo tanto hice mi mejor marca en 2h25') ...claro que pesaba unos 25 kilos menos que ahora y había tenido mucho tiempo de entrenar. Curiosamente fue de los peores años en lo meteorológico. Una temperatura fresca (fresh) como dirían aquí de unos 11/12 Celsius o un frío de coj.... para alguien del Sur de Europa. Por supuesto, la lluvia nos acompañó durante todo el camino, pero no hay dolor en un día así.

En 2013, las horas de entrenamiento cayeron en picado y por lo tanto el rendimiento en carrera también. Creo que este fue el año de uno de mis momentos más humillantes cuando un tipo con un disfraz de dinosaurio de 2.5 metros de alto y que casi no podía separar los pies para correr me adelantó a mitad de recorrido. Ha habido otros momentos similares, como ver que vas más lento que octogenarios y octogenarias obesos/as. Mi único consuelo en esos momentos es pensar que han tenido mucho más tiempo que yo para entrenar. No llovió durante la carrera, pero a la llegada a South Shields un aguacero nos caló de pies a cabeza.

En 2014 corrí con resaca, con lo cual bastante hice con acabar. Ese año el tiempo acompañó, con una temperatura más amable aunque poco importa cuando desde el metro uno estás deseando que acabe la pesadilla.

En 2015 y especialmente en 2016 hice un par de carreras decentes recuperando la buena forma y las sensaciones. Hay que tener en cuenta que normalmente sólo he conseguido completar un par de entrenamientos de más de 15 km. antes de la carrera, con lo cual esos últimos 6 kilómetros se hacen eternos. El hecho de correr rodeado de gente y en un ambiente festivo lo hace más llevadero. Eso no quita que psicológicamente, para mí al menos, los km. entre el 7 y el 10 en primer lugar, y el 18 y el 20 se hagan durísimos. Las causas: el cansancio acumulado y la distancia a meta en el primer caso y llevar al límite tu cuerpo (calambres incluidos) junto con el hecho de no tener asegurado el poder llegar a meta en el segundo.

En 2017, vuelta a la miseria física, pero un año muy especial porque a mi habitual compañero de andazas y culpable de que haga esta locura todos los años, Stephen, se unió mi actual pareja, Mariluz, quien repitió también en 2018 haciéndolo increiblemente bien, demostrando una dureza mental y física encomiables. 

Por supuesto también destacar la participación de María Figueira estos dos años contribuyendo a la causa de Action Language para ayudar a personas en situaciones de exclusión y solicitantes de asilo político en esta zona. Sin tener que matarse a entrenar ha conseguido completarlas con soltura, algo que no me extraña dado el tipín y la genética de atleta que tiene.

Para finalizar, decir que para mí supone esa motivación para mantenerme sano y en forma y que todavía me emociono como la primera vez que la hice, ya sea escuchando el 'Going home' de Mark Knoffler en la línea de salida, viendo en las pantallas gigantes la imagen de Mo Farah saludando antes de tomar la salida en la misma carrera que tu participas (partimos en desventaja porque, debido al gentío presente, solemos cruzar la línea de salida unos 25 minutos después de que Mo ya haya salido y en ese tiempo él suele completar la mitad de la prueba) o simplemente disfrutando de la compañía de Mariluz, Stephen, María... y el ánimo de resto de migrants ya sea viendo la salida en TV, enviando mensajes a través de grupos de Whatsapp/RR.SS. o acompañándonos en la salida/encontrándonos/ofreciendo ayuda logística en la llegada como Gonzalo Varela o Ale Diaz (Aple) quién sufrió de lo lindo en 2015 para llegar a South Shields debido al colapso del metro y de nuestro amigo Damián Álvarez que le acompañaba y del que afortunadamente se recuperó rápidamente ...las altas temperaturas nos pasaron factura a todos.

Mención aparte merecen los transportes en ese día. Ni que decir tiene que colapsan al no poder absorver tal demanda. Hay que tener en cuenta que South Shields cuenta con una población de unos 75.000 habitantes según Wikipedia que casi se triplica en un día teniendo en cuenta no sólo a los corredores pero también a familiares, amigos y miembros de la organización.

Por todo ello, quizás la mejor decisión que tomamos el año pasado fue dejar el coche en South Shields la noche anterior, volver con Gonzalo a Newcastle y tomar la ruta del Tyne Tunnel después de la carrera para evitar la cola de 2h para tomar el Ferry a North Shields y andar 20' hacia Tyne & Wear Metro para finalmente llegar a Newcastle.

Total, que podría extenderme y escribir una trilogía o incluso una saga como está tan de moda últimamente en el cine pero no quiero aburrir más al personal con batallitas. ¡Espero que os haya gustado!

viernes, 1 de mayo de 2015

Epic fail (IV): servicios para minusválidos

Del edificio donde se encuentra mi oficina ya he hablado un par de veces (aquí y aquí), pero no entré en el detalle de los baños porque tampoco es cuestión...

Sin embargo, me pareció una cagada bastante grande lo que descubrí el otro día cuando entré en el baño para minusválidos (al otro no podía entrar porque estaban los de la limpieza). En principio, todo pintaba bien: el pestillo era una palanca, la cisterna se activaba con una cadenita como las de antiguamente, había una estructura para poder apoyarse, el lavabo era más bajo...

El fallo lo descubrí cuando me sequé las manos con el papel y fui a tirarlo a la papelera: para abrir la papelera había que pisar un pedal.

Servicio de minusválidos en mi oficina.

viernes, 3 de abril de 2015

Epic fail (III): comprando tomates

En los meses de frío mucho frío suelo hacer el pedido de la compra por internet al Asda, así me ahorro el paseo cargado de bolsas mojándome y con posibilidad de resbalarme con el agua, el hielo o la nieve (si hay). La web de Asda funciona bastante bien, incluso tienen una aplicación para dispositivos móviles.

Esta cadena de supermercados tiene precios razonablemente buenos y con productos de calidad. Yo lo considero como el Mercadona de Inglaterra.

Existe la opción de que te envíen un producto de sustitución en el caso de que el producto que has escogido no se encuentre disponible. Este producto tiene que ser similar en calidad y de precio igual o superior, pero por el que sólo se te cobrará el importe del que tú seleccionaste al hacer el pedido. Esto me vino muy bien una vez que pedí un suavizante pequeñito que estaba de promoción y, como no quedaban de ese tamaño, me trajeron uno de 5 litros que valía el triple (repito: sin coste adicional).

Suavizante pedido y cobrado (1,75£) vs. suavizante entregado (5,25£).

El problema de comprar por internet es que a veces se puede dar lugar a malentendidos; como por ejemplo, creer que estás pidiendo un kilo de tomates mientras que en realidad lo que estás pidiendo es... una unidad:

Pedido de un tomate al Asda.

martes, 31 de marzo de 2015

Epic fail (II): calefacción estropeada en la oficina

El sistema de climatización de la oficina no suele acertar con la temperatura: o se pasa o no llega. También es cierto que los ingleses tienen un aguante del frío mayor de lo normal y, claro, como son mayoría la temperatura suele ser más baja de lo que a los españoles (e indios) nos gustaría.

Sin ir más lejos, un compañero natural de Inverness viene todos los días a trabajar en camisa de manga corta. Da igual si estamos en un día soleado de verano a 25ºC que si nieva en invierno a -5ºC.

Hoy la calefacción se ha estropeado: el termostato no funcionaba y la temperatura en la oficina ha subido una barbaridad. Así que al personal de recursos humanos, de seguridad laboral o a uno del estilo se le ha ocurrido la genial idea de que para refrigerar a los trabajadores que estábamos en la oficina nos compraran... un polo:

El polito para refrescarnos.

martes, 17 de febrero de 2015

Ositos Haribo

A mi jefe (del que ya comenté algo en una entrada anterior) le encanta el picante como a casi todo inglés que se precie, aunque en su caso va más allá: es como si fuera totalmente inmune al picante.

De hecho nos contó que una vez casi "se carga" a su suegra: de un viaje a Méjico se trajo un bote de pepinillos súper picantes que, de vez en cuando, picoteaba en plan vaquero del oeste, es decir, que iba sacándolos de uno en uno engulléndolos sin hacer mueca alguna; esa naturalidad al comerse los pepinillos le hizo pensar (muy erróneamente) a su suegra que se trataba de algo inofensivo, así que en un momento dado cogió uno de esos pepinos del infierno y se lo comió.

He olvidado mencionar que la señora es extranjera y no sabe leer ni escribir ni hablar en inglés, así que mi jefe tuvo que llevarse un susto de muerte al ver a la señora medio ahogada llorando con la cara roja. Y la suegra ni te cuento.

El caso es que un día mi jefe trajo a la oficina una especie de imitación de los famosos ositos de Haribo, aunque el envase dejaba claro que no eran tan inofensivos y dulces como los del anuncio: Satan's Spawn.

Bolsa de chucherías de Haribo y los osos picantes del infierno.

Se pasó un buen rato invitando a todo aquél que pasaba por su sitio a probarlos (ocultando deliberadamente la pegatina de la bolsa). Como él se los comía de dos en dos pues transmitía confianza... menudo prenda.

Para explotar más el asunto compramos una bolsa de ositos Haribo (de los de verdad) y le echamos dentro los picantes que quedaban. Los mezclamos bien y los colocamos a la vista de todos y fue cuestión de tiempo ver las reacciones de los desafortunados que se echaban a la boca la goma ésa con trocitos de guindilla. Y así echamos la tarde.